Los imperios no escaparon a las dietas
Los romanos y los griegos ya hacían dieta, aunque por aquel tiempo
era por cuestiones de salud y forma física.
Fue en el siglo XIX cuando la gente empezó a
hacer dietas por razones estéticas más que de salud.
Masticar y escupir
A comienzos del siglo XX,
el estadounidense Horace Fletcher decidió que una buena manera de
perder perso era masticar y escupir en abundancia. Su dieta proponía
masticar bien la comida hasta extraer todo lo "nutritivo" y después
escupir la materia fibrosa que queda en la boca.
La dieta de la solitaria
Normalmente se
ingerían huevos de lombriz solitaria, a menudo en píldoras. Una vez alcanzara su peso ideal entonces podría
recurrir a una pastilla antiparásitos para deshacerse de las lombrices.
Además, una lombriz puede
llegar a medir hasta 9 metros, además de provocar problemas de vista,
meningitis, epilepsia y demencia. A pesar de todo fue todo un éxito para
la industria de las dietas de aquellos años.
Arsénico
Los "remedios mágicos" que
prometían perder peso en el siglo XIX también escondían peligrosos
ingredientes, incluyendo el arsénico. A menudo la gente tomaba más dosis
de las recomendadas, pensando que tomando más píldoras conseguirían
mejores resultados, aunque en realidad se arriesgaban a envenenarse con
arsénico.
Vinagre
La juventud de la época estaba fascinada con la dieta de Lord Byron, precursos de las dietas de los famosos.
Para limpiar y purgar su
cuerpo bebía vinagre a diario y comía papas mojadas en él. Pero los
efectos secundarios incluían vómitos y diarrea.
Caucho
A mediados del siglo XIX, Charles
Goodyear averiguó cómo mejorar el caucho gracias a un proceso llamano
vulcanización
Eso incluía los corsés y bombachas de goma. La idea era que la goma no
sólo hacía presión sobre la grasa sino que causaba sudoración, lo que,
creían, se traducía en pérdida de peso.
lunes, 9 de junio de 2014
LAS DIETAS ANTIGUAMENTE.
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
0 comentarios :
Publicar un comentario